Cuando la injerencia son periodistas a sueldo de servicios secretos
Como no podía ser de otra manera vuelven las clásicas historias de injerencias en donde Rusia parece ser el protagonista estelar. Muy clásica y recurrentes estas historias con un mismo patrón de origen y desarrollo. Primero surgen filtraciones a un medio importante (en este caso el New York Times), en donde se dice que los servicios de inteligencia occidentales (alemanes, ingleses o norteamericanos da lo mismo cualquiera de ellos) filtra que Rusia apoyó el independentismo catalán. Pero todo sin pruebas. Sólo es un burdo anuncio noticioso sin elementos probatorios, y cuya finalidad última es mantener en constante ataque mediático y político a Rusia y en este caso concreto también pretende deslegitimar el independentismo catalán.
Rusia no tiene ningún interés en separatismos, independentismos o injerencias en el extranjero. No gana nada en economía o política. No es de interés de Rusia ni en uno u otro sentido. Rusia tiene ya el camino marcado, una verdadera autopista de soberanía fuerte y propia que es el recelo de un decadente Centro-Occidente Atlantista.
Debiéramos recordar que los grandes multimedios de países claves de la OTAN tienen periodistas pagos por los servicios de inteligencias principalmente de Estados Unidos. De eso nadie habla.
Creo que el periodismo de Europa Occidental y Estados Unidos llegó a un nivel de desfachatez sencillamente porque han idiotizado a gran parte del público y por lo tanto les cabe publicar cualquier historia.
No olvidarnos que el Instituto Tavistock está en esencia oculto en cada tweet de cierto periodismo multimedial corporativo que no se les escapa a los expertos. Esos medios trabajan en forma ajena a la noticias. Son verdaderos centros de control mental de las grandes mayorías que están bajo su influencia.
en edición.-